Alimentos funcionales
En las últimas décadas, constantemente estamos oyendo hablar de lo importante que es para nuestra salud, de qué manera nos nutrimos, de los alimentos llamados “Superfoods”, de los productos naturales, ecológicos, de suplementación con vitaminas y minerales, de productos enriquecidos, probióticos, prebióticos y un largo etcétera, pero realmente, ¿qué sabemos de todo esta larga lista? Solemos seguir la tendencia del momento, por dar un ejemplo, hace unos años las “bayas de Goji”(¡Quién no se ha comprado pensando que era la panacea!) Y sí, es un gran antioxidante, pero ha sido una moda y como este producto, uno tras otro, aparece por un tiempo y permanece o acaba olvidado.
El mercado nos lleva hacia donde interesa a las empresas productoras de todos estos alimentos y productos alimenticios, es la realidad.
Es necesario que aprendamos a conocer y distinguir los diferentes tipos de alimentos funcionales, qué función tienen en nuestro organismo, cómo se pueden absorber mejor, cuáles son más beneficiosos, etc.
En la etapa de la menopausia la tendencia a tomarnos suplementos alimenticios, de vitaminas y minerales, alimentos enriquecidos, va en aumento, nos tomamos suplementos a la ligera, porque alguien nos ha dicho que le ha ido muy bien, cuando deberíamos saber que cada mujer es diferente y que no es necesario jugar con la salud, sencillamente pedimos consejo a un profesional que nos orientará y nos mostrará lo que necesitamos para mantener o mejorar nuestro estado de salud.
¿Qué son los alimentos funcionales?
Encontrar una definición adecuada es difícil, varía según el país u organismo que la promueve.
En Europa, el International Life Science Institute (ILSI) estableció la siguiente definición:
“Un alimento funcional es aquél que contiene un componente, nutriente o no nutriente, con efecto selectivo sobre una o varias funciones del organismo con un efecto añadido por encima de su valor nutricional y cuyos efectos positivos justifican que pueda reivindicar el carácter funcional o incluso saludable”
Los alimentos funcionales constituyen un concepto más que un grupo específico de alimentos. La característica común de todos es que proporcionan un efecto beneficioso para la salud, además de los contenidos que tienen de nutrición básica.
Hay diferentes términos que se utilizan como sinónimo de alimento funcional, distinguimos los siguientes términos:
Nutricéutico: está elaborado a partir de un alimento, aunque se comercializa en forma de píldoras, polvo y otras presentaciones farmacéuticas, que ha demostrado tener propiedades fisiológicas beneficiosas o proteger de enfermedades crónicas.
Alimentos funcionales: son productos que tienen propiedades nutritivas y al mismo tiempo se usan por sus propiedades medicinales.
Nuevos alimentos: alimentos que de alguna forma proceden de un organismo modificado genéticamente (alimentos transgénicos) o que tienen una estructura molecular nueva o derivan de una fuente alimenticia poco conocida.
Características de los alimentos funcionales:
Debe estar sustentado en una base científica, sus efectos beneficiosos para la salud deben tener el apoyo adecuado de una investigación científica sólida
Debe tener estudios epidemiológicos que demuestren, que cuando su ingesta supera los niveles recomendados, no debe ocasionar ningún efecto nocivo
Debe ser administrado de manera convencional, sin reducir el valor nutricional del alimento que lo contiene y su procedencia debe corresponderse con la consideración de producto natural
La dosis diaria debe ser establecida por expertos
Es necesario conocer las interacciones entre el ingrediente y la matriz del alimento, debe figurar de forma clara la presencia cualitativa y cuantitativa del ingrediente que tiene la característica de saludable
El método analítico para valorar la calidad y cantidad de las propiedades físicas y químicas del ingrediente con actividad saludable debe estar detallado.
Objetivos de los alimentos funcionales
Fisiología digestiva: intervienen en funciones asociadas a cambios en la flora bacteriana, la inmunidad, el tránsito intestinal, la biodisponibilidad de micronutrientes y la modulación de la proliferación epitelial. En este campo, actúan principalmente los probióticos y prebióticos
Defensa contra el estrés oxidativo: participan como antioxidantes en los sistemas redox. Esta función es muy importante para las células y los tejidos, su desequilibrio se asocia con enfermedades como la aterosclerosis, determinados cánceres, el deterioro cognitivo y el envejecimiento en general. En este campo, actúa vitaminas (Vit C y E), compuestos fitoquímicos presentes en el ajo, la cebolla, las legumbres, la soja, etc.
Metabolismo de macronutrientes: (hidratos de carbono, lípidos y proteínas). Intervienen en la modulación hormonal de su metabolismo, mediante el balance del glucagón y la insulina o de producción de péptidos gastrointestinales. Su objetivo es reducir el riesgo de efectos patológicos asociados a la resistencia a la insulina y la enfermedad cardiovascular. Actúan con efectos beneficiosos la fibra soluble de los cereales, legumbres y frutas o fitoesteroles
Crecimiento y desarrollo del feto: participan en la dieta de la madre para evitar defectos neurológicos del feto, por medio del ácido fólico
Metabolismo de xenobióticos: (contaminantes). Intervienen en su modulación con componentes dietéticos no nutritivos, como algunos fitoquímicos. Esta modulación puede tener implicaciones importantes en el control de su toxicidad causada por los contaminantes químicos presentes en los alimentos o en el medio ambiente
Función cognitiva: se ha investigado el posible efecto protector de una nutrición adecuada sobre el deterioro del sistema cognitivo, cuyas manifestaciones más extremas son las enfermedades de Alzheimer y de Parkinson.
Clases de alimentos funcionales
Los alimentos funcionales son:
Naturales: son aquellos alimentos que por sí mismos contienen sustancias beneficiosas para la salud, denominados “Superfoods”, como es el aceite de oliva
Modificados: son aquellos alimentos naturales que han sido tratados, para que sean beneficiosos para la salud, mediante:
Enriquecimiento: por la introducción de un ingrediente funcional normalmente no presente en el alimento, como productos lácteos con lactobacilos
Eliminación: la separación de algún componente no saludable de un alimento, como los cereales sin gluten
Suplementación: añadiendo alguna sustancia que el propio alimento ya contiene hasta niveles adecuados que tengan efecto beneficioso como alimento funcional, como la leche enriquecida con calcio
Sustitución de alguna sustancia por otra similar, pero más saludable.
Ingredientes funcionales
Los ingredientes funcionales son aquellos componentes del alimento que hacen que sea considerado un alimento funcional. Estos ingredientes han estado siempre presentes en la naturaleza, aunque, a partir de las últimas décadas, es cuando los investigadores han empezado a identificarlos de forma aislada y determinar los beneficios concretos que proporcionan a nuestro organismo
Entre los principales ingredientes funcionales, destacamos los siguientes;
Probióticos
Prebióticos
Simbióticos
Fitoquímicos
Ácidos grasos
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