¡Ahora no tengo ganas!
-Ahora no me apetece, no tengo ganas, tengo dolor de cabeza, estoy muy cansada, cada vez que lo hacemos, ¡me duele!
-¿Qué pasa, ya no sientes atracción por mí? Nunca tienes ganas, llevamos meses así, cada vez que me acerco, me rechazas, qué demonios tienes?
-¡Déjame tranquila!
-Silencio-
Una conversación que aún resuena en las relaciones de muchas de nosotras, cada vez menos, pero todavía…
Disminución de la libido
Disminución de la libido
Es cierto que no sólo puede haber falta de libido en la menopausia, sino que puede aparecer en cualquier momento de la vida y por diferentes motivos, un ejemplo muy claro es cuando la madre ha dado a luz, con la lactancia se segrega una hormona, la prolactina, que hace que se produzca leche en las mamas y baje el deseo sexual, la madre se dedica al cuidado del bebé, eso es lo más importante en estos momentos.
No a todas las mujeres les afecta de la misma manera,
Sabemos que el responsable de la libido es nuestro cerebro, cuando percibimos un estímulo sexual, desde el lóbulo límbico envía señales a través del sistema nervioso a la región de la zona pélvica, provocando que nuestros vasos sanguíneos se dilaten, Nuestros cerebros liberan neurotransmisores como la norepinefrina y la dopamina, que nos indican que se trata de una sensación agradable.
Sin embargo hay que añadir que hay toda una serie de condicionantes que pueden hacer que el cerebro pierda la capacidad de hacer sentir deseo sexual.
La disminución de las hormonas (progesterona y testosterona) hacen que baje el deseo sexual por las consecuencias fisiológicas que conlleva: sequedad vaginal, pérdida de firmeza y elasticidad del tejido de la vagina y del tono muscular. Todo esto hace que en las relaciones sexuales, la penetración sea dolorosa y se vuelva indeseable.
Síntomas como el insomnio, el cansancio, los sofocos, son en parte responsables de la pérdida del deseo sexual.
La pérdida de autoestima, nuestro cuerpo ha cambiado, no nos gusta cómo nos vemos en el espejo, no nos aceptamos tal como somos.
Los cambios psicológicos y emocionales, como la tristeza, la depresión, estado de irritabilidad, nerviosismo, desánimo, también influyen de manera negativa en la libido.
El estrés, problemas de trabajo, con los hijos, con la pareja, el cuidado de los padres, etc., a menudo provocan que las relaciones sexuales queden en segundo término.
Si se tiene pareja, el aburrimiento, la falta de comunicación, de confianza, de aguantarse por el hecho de la costumbre, el distanciamiento, la falta de ternura, hacen perder la ilusión y las ganas.
La ingesta de medicamentos como los antidepresivos, ansiolíticos, antihipertensivos, etc, hacen disminuir la libido.
Las enfermedades de cualquier origen, afectan la motivación de mantener relaciones sexuales.
El sedentarismo, la falta de actividad física y de deporte también influyen en la inapetencia sexual.
Beber alcohol en exceso y el tabaquismo, son dos adicciones que pueden hacer bajar la libido.
La educación sexual recibida puede hacer ver este tema como tabú.
La pérdida de interés sexual se agrava con el tiempo, cuantas menos relaciones se mantienen menos ganas se tienen, ya sea en pareja o con una misma.
Una mujer puede tener la libido baja y sentirse a gusto consigo misma y con el mundo, sin ninguna necesidad de mantener relaciones sexuales.
No es obligatorio hacer subir la libido si no lo sentimos así.
Hábitos para mantener la libido en buen estado
Hay que saber qué nos pasa y por qué.
Debemos mantener una relación de pareja de confianza íntima, de comprensión, de comunicación, de saber entender que la ternura forma parte del juego (caricias, preliminares, etc.), que no todo es sexo puro y duro.
Si tienes ganas, da tú el primer paso.
Hagámonos respetar, si digo No, es No.
Aceptémonos tal como somos, nuestro cuerpo es único y si necesitamos cambiar porque tenemos sobrepeso y no conseguimos bajarlo, pide ayuda.
Descansa, intenta mantener un sueño reparador, si lo necesitas tómate infusiones que te relajen. te tranquilicen.
Haz ejercicio físico.
Haz fisioterapia de suelo pélvico.
Sale al aire libre y disfruta de la naturaleza.
Sigue una dieta antiinflamatoria.
Introduce alimentos afrodisíacos en tu dieta, los expertos dicen que funcionan de dos maneras; los que producen el deseo sexual a través de la mente y los que producen el deseo aumentando el flujo sanguíneo en los órganos sexuales o que nuestro cuerpo segregue sustancias químicas asociadas con el deseo sexual.
Especias como la canela, la pimienta, el azafrán, el anís estrellado, el regaliz, el jengibre, el ginseng, el ginkgo biloba, la maca etc.
Hierbas medicinales como el vitex, el romero, el orégano, la menta, etc.
Alimentos como la miel, la jalea real, las ostras, el chocolate, el ajo, las fresas, etc.
Pide ayuda ginecológica, o a una sexo terapeuta.
Dedícate tiempo para ti.
Cuídate.
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