Época primaveral, se sienten muchas ganas de salir, de disfrutar del buen tiempo, se nos cae encima todo lo que hemos dejado de cuidarnos durante los meses de invierno, mucho o poco, queríamos hacer cambios en la alimentación para bajar la inflamación, perder peso, tomar infusiones para aliviar los sofocos, algún complemento para lubricar las articulaciones, las mucosas, hacer ejercicios del suelo pélvico, etc.
Desde otra perspectiva, he querido hacer una introducción a la alimentación sátvica, porque nos puede ayudar a entender cómo funciona nuestro organismo en relación con nuestra mente y quizás llevar a cabo estos cambios.

Introducción a la alimentación sátvica
En la medicina Ayurveda, una forma de alimentarse consiste en la llamada alimentación sátvica, que define el alimento como todo aquello que nos entra por todos los sentidos.
No a todas las mujeres les puede ir bien nutrirse con alimentos sátvicos, depende de su naturaleza, de su constitución corporal, del lugar y clima en el que vive, de su capacidad digestiva y metabólica.
Un alimento sátvico es todo elemento que se puede imaginar cómo le ha llegado el sol para poder crecer y desarrollarse.
Alimentarnos sátvicamente es comer alimentos que lleven sol cuando tengo hambre.

Cuando tengo hambre como alimentos que me acercan al sol, que me ayudan a estar en paz, a no violentarme, a no juzgar, alimentos que me pide el cuerpo y no necesito más.
Son alimentos sátvicos, las ensaladas, frutas, vegetales y hortalizas, grano entero, necesitan poca energía para ser digeridos, nos llenan de salud y energía limpia, no se interponen con el ego, al contrario, nos hacen sentir bien con una misma, con claridad mental, interiorizando buenas sensaciones, aquietando la mente, etc.
También son alimentos sátvicos, los elementos que alimentan la mente, como con quién nos relacionamos, los pensamientos positivos, tener el ego en equilibrio, la mente abierta, paz interior, etc.
Son alimentos contraproducentes, el café, las harinas blancas, el azúcar, la sal, alimentos procesados, etc., son alimentos que nos estimulan, que nos dejan hacia fuera, que no ayudan a nuestro organismo a funcionar correctamente.
Alimentos pesados ​​como la carne roja, platos con salsas y sofritos, frituras, hacen que nuestro aparato digestivo necesite mucha energía para digerirlos, aunque hay personas que por su naturaleza y constitución, sí pueden ingerirlos de vez en cuando y mantenerse sanas.
Cuando nos alimentamos con estos alimentos, nuestra mente reconoce que nuestro organismo no se nutre adecuadamente y por eso se crean desequilibrios y enfermamos.
Pero no todo es tan sencillo como parece, quizás somos veganas, vegetarianas o creemos que nos alimentamos de manera correcta, pero tenemos el ego que va por otra parte, y se mofa de quien no come como una misma, siente miedo, se hace autocrítica constantemente, no se valora, etc. Entonces por mejor que te alimentes no te servirá de mucho, porque tu mente no estará en sintonía con tu organismo, y creará conflictos que te llevarán a sentir molestias y/ o dolencias, obstruyendo los canales energéticos.

Puede considerarse que la digestión intestinal debe estar en equilibrio y armonía con la digestión mental.
En la primera etapa del proceso digestivo, el alimento entra en la boca por los sentidos, pero todavía no forma parte de nosotras.
Cuando empezamos a masticar, el sabor controla la mente y las emociones, normalmente se come por hambre no para nutrirnos, no se piensa en este hecho y es precisamente aquí donde se debe llegar, a saber apreciar que los alimentos que ingerimos nos nutren el organismo, así como la mente y los sentidos.

A menudo ingerimos alimentos dulces como gratificación, el sabor dulce es parecido al amor, un dulce es como un abrazo, un beso, un recuerdo que nos devuelve a la infancia, sólo por un momento, después queremos más y más, creando adicción a estas sensaciones pasajeras, que pensamos que controlamos.
Cuando estamos cansadas, hemos trabajado mucho, estamos decaídas, etc., caemos en el engaño de regalarnos comida rápida y procesada, sólo hacemos que crear desorden alimentario.
Este desorden alimenticio puede venir de problemas de desamor, de violencia con una misma.
Al final la alimentación sátvica tiene mucho que ver con la alimentación emocional.
Alimentarnos con discernimiento, sabiendo que nos nutrimos con alimentos que traen y nos regalan la energía del sol, es vital para nuestro organismo y nuestra mente.
En definitiva, la alimentación sátvica nos ofrece tener los canales energéticos en equilibrio y armonía con nuestro organismo y nuestra mente.

 

 

 

 

*Información basada en la enseñanza del Ayurveda, “Introducción a la alimentación”, de la Dra. María de Ezcurra

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