Planta anual que puede hacer de 20 a 60 cm de altura, se caracteriza por sus flores de cuatro pétalos blancos, y sépalos y estambres rosados. Las flores se agrupan en inflorescencias en racimo, donde en el extremo superior se encuentran las más jóvenes. El fruto es alargado y se denomina síliqua, donde las semillas están separadas en dos mitades. Sus hojas son irregulares, de subenteras o dentadas a pinnatipartidas.
Nombre común: rabaniza, citrón, erviana
Familia: crucíferas o brasicacias
Localización: viñedos, campos de olivos y almendros, arcenes de caminos, prados, suelos labrados libres de vegetación
Floración: todo el año, es una planta anual que germina en cualquier época del año, pero sobre todo lo hace de forma masiva con las primeras lluvias de otoño y finales de invierno.
Recolección y conservación: se puede recolectar durante todo el año, se recomienda su uso inmediato, sus flores se vuelven mustias muy rápidamente
Parte comestible: las flores y brotes tiernos de las hojas
Curiosidades: el rasgo más destacable de la rabaniza es su gusto picante, idéntico al del wasabi pero ligeramente más suave. Este sabor se nota pasados ​​unos segundos después de la ingesta, y es poco persistente
Uso culinario
Estos últimos años con la popularización de la gastronomía japonesa, el interés del mundo culinario por la rabaniza se ha convertido en muy interesante tanto por su gusto como por su uso decorativo.
Se puede decir que la rabaniza es una flor que sabe a wasabi y por tanto se puede emplear con la misma finalidad.
Hay que utilizarla siempre cruda, ya que con la cocción se pierde el gusto picante y pasa a dominar el aroma de col.
Composición nutricional:
La rabaniza es muy rica en minerales de los que destacan el fósforo, calcio, potasio y una escasa concentración de sodio.
Su sabor picante, como en el resto de brassicacias o crucíferas, se debe a la presencia de glucosinolatos y unas enzimas de la familia mirosinasa que cuando mordemos la flor, hace que entren en contacto y den ese gusto picante.
Vinagreta de rabaniza
Ingredientes:
100 gr de flores de rabaniza blanca
1 diente de ajo
Aceite de oliva extra virgen
Limón o limón (opcional)
1 pizca de sal
Vinagre de manzana
Preparación:
Se limpian bien las flores, pasándolas por agua
Se pela el ajo (se puede usar todo el diente, la mitad o sólo un trozo, dependiendo de su gusto)
Se ponen todos los ingredientes en la batidora, la cantidad del aceite y del vinagre de manzana depende de la cantidad de flores que ponga y de la intensidad que desea que coja la vinagreta.
El punto final es el zumo de limón, se debe incorporar con medida porque puede esconder el sabor picante de la rabaniza.
Una vez bien triturado, se puede decorar con los pétalos blancos de las flores, puede disfrutar de esta vinagreta con una ensalada, un plato de pasta, de arroz, etc.
¡Que vaya a gusto!
Wasabi de rabaniza
Ingredientes:
Un puñado de flores y hojas tiernas de rabaniza blanca
Aceite de oliva suave o 1 aguacate (en este caso he utilizado aguacate)
1 huevo
1 pizca de sal
Preparación:
Se limpian las flores y hojas, pasándolas por agua
Se trituran las flores y las hojas con el aguacate, el huevo y una pizca de sal con la batidora hasta que queda emulsionado como la mayonesa
¡Es una delicia!
¡Listo para degustar con makis, arroz, o con lo que os apetezca si sois amantes del picante “ma non troppo”!
Judías de ganchillo con brócoli, espárragos silvestres y wasabi
queño
Se ponen en la sartén, dejando que se hagan durante unos 15 minutos
Se añaden las judías ya cocidas y se remueve bien
Una vez cocido, se emplata y se acompaña con el wasabi, que da un sabor a este plato inmejorable!
¡Os lo recomiendo!
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