Rúcula silvestre (Diplotaxis tenuifolia)

Nombre común: rúcula de flor amarilla o crespol

Familia: crucíferas o brasicáceas

Localización: en todo el litoral, prelitoral mediterráneo y puntos de Cataluña central.

Crece en arcenes de caminos, márgenes de huertos o campos de cultivo.

Adecuada para jardines de poco riego

Floración: primavera y otoño

Recolección: Las flores mayo y junio, hojas todo el año

Características

Es una planta perenne, mide unos 50 cm de altura, muy ramificada en la base.

Las hojas son gruesas, de hasta 10 cm de longitud, recuerdan claramente a la rúcula cultivada.

Las flores son pequeñas, de color amarillo, de cuatro pétalos, dispuestas en racimo.

Tanto las hojas como las flores son comestibles.

Como en la mayoría de las crucíferas o brasicáceas, sabe picante por la presencia de glucosinolatos, un ejemplo claro es la rabaniza blanca.

Debido a su intensidad de su sabor, combina muy bien con la pizza después de la cocción, en pastas, pestes y hummus. También marida muy bien con quesos y frutos secos.

Se recomienda su consumo en crudo por no perder sus propiedades organolépticas y nutricionales

No a todo el mundo le gusta su gusto.

Composición nutricional

Las hojas de rúcula silvestre presentan una elevada concentración de vitamina C y flavonoides, con propiedades antioxidantes

Contiene minerales como el potasio, hierro, zinc, manganeso, cobre

 

Hummus con rúcula silvestre

Ingredientes:

400 gr de garbanzos cocidos

 Un cuenco de hojas de rúcula

4 cs de tahin

4 cs de zumo de limón

1 pizca de sal

1 cs de comino en polvo

3 cs de aceite de oliva

Preparación:

Pelamos los garbanzos ya cocidos (de este modo hacemos un hummus de más fácil digestión)

Ponemos todos los ingredientes en un bote y trituramos con la batidora hasta obtener la textura deseada, si es necesario, añadir más aceite

Podemos decorar con un chorrito de aceite de oliva extra y pipas de calabaza

Está listo para servir, acompañado de pan de pita, tiras de zanahoria o cualquier otra verdura que nos apetezca

 

Crep de harina de garbanzo con tomate, cebolla, queso fresco y rúcula silvestre

Ingredientes para la crepe:

2 tazas de harina de garbanzo

Agua

1 cp de cúrcuma en polvo

1 cp de comino en polvo

1 cp de cilantro en polvo

1 pizca de sal

Aceite de oliva, ghee o mantequilla

Ingredientes para el relleno:

2 cebollas medianas

2 tomates maduros

Queso fresco de cabra

Un cuenco de hojas de rúcula

Aceite de oliva, pimienta y miel

Preparación del crep:

Ponemos la harina de garbanzo en un cuenco

Añadimos las especias y la sal

Vertimos la cantidad de agua en el cuenco, según si queremos el crep más grueso o más fino

Mezclamos bien

Ponemos la mantequilla, el ghee o el aceite de oliva en una sartén para hacer crepes

Cocinamos por ambos lados y está listo para rellenar

Preparación del relleno:

Pelamos, cortamos la cebolla en tiras

Ponemos aceite en una sartén y las tiras de cebolla con una pizca de sal cocinamos hasta que la cebolla quede translúcida

Lavamos y cortamos los tomates a la brunoise, los añadimos a la sartén con la cebolla y dejamos que se hagan poco a poco.

Retiramos la cebolla y el tomate del fuego, reservamos para que se atempere

Desmenuzar el queso fresco de cabra

Picamos las hojas de rúcula

Rellenamos la crepe con la cebolla, tomate, queso y la rúcula

Mezclamos el aceite de oliva, la pimienta y la miel

Aliñamos el relleno, también se puede añadir algún fruto seco

¡Cerramos el crepe y listo para degustar!

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